VI

Los grandes descubrimientos, las gestas heroicas, no pertenecen a la esfera de la exploración de lo insignificante; lo desconocido no es lo lejano en el tiempo o el espacio, cuantificable o cualificable de algún modo, sino la lejanía inherente a todas las cosas, incluidas las cercanas, la extrañeza propia de lo real, la distancia interior que toda cosa guarda en su interior y refulge en el exterior, depositada como el mayor de los secretos en los pliegues delicados del mundo. Descubrir no es cambiar de lugar y abandonarlo por otro, sino hacer de todo lugar un cambio, un lugar abandonado y en perpetuo abandono.