VII

La exploración de las cosas insignificantes, abandonadas, mudas y nudas aparece como una acción paralela que vincula una emoción estética, ligada a la percepción de un otro sensible, con un impulso ético, una voluntad imparable de poner de manifiesto, asumir como tarea propia y llevar a su culmen el SER OTRO característico de todos los seres. Habitar en el profundo desconocimiento, la región desconocida, abismal, que son y comparten las criaturas en su dispersión, reflejo mutuo y multiplicidad esencial, tiene por objetivo nada disimulado dejar de ser uno mismo, abandonarse al abandono. No hay escapatoria, la fuga es universal, el universo está en fuga tanto para cada uno, que es un mismo otro, como para todos y cada uno, que son otros que sí mismos y los otros que no son. Espejo arrojado al vacío, roto en mil pedazos.